En estas fechas los protagonistas de las fiestas son los niños,cuya ilusión no tiene límites.El deseo de acudir al árbol de navidad que hay puesto en el salón y encontrar el juguete deseado,puede hacer que los niños lleven noches sin poder pegar ojo como de costumbre...Pero los adultos son los encargados de que esa ilusión siga latente,y dejar que sea eso,una ilusión y no una forma de complacer los caprichos de los niños. Si paramos a observar muchas de las cartas que los niños mandan a sus majestades los Reyes Magos de oriente,veríamos un sinfín de objetos materiales que no son más que el fruto de un bombardeo publicitario; "el pony rosa con la carroza de princesas,un cochecito con el bebé y todo el repertorio de vestidos,el juego del cocodrilo que muerde si le sacas un diente,una bici y unos patines"..."la colección de pókemon diamante,los gormiti,un coche de carrera y un monstruo que le salen los ojos si lo apretas". Además de ser una manipulación de la televisión,los niños son influenciados por quello que deben tener para jugar,y no sólo por aquello adecuado a sus edades y necesidades; si eres chica,sabes que tienes las muñecas,barbies y peluches cariñosos y mimosos,además del color rosa en todos tus juegos y en las páginas del catálogo de las revistas de juguetes. Y si eres chico,todos los monstruos,coches,motos y armas que ya desde temprana edad te incitan a la violencia y destacan tu instinto "masculino" como está escrito en la sociedad.
Como adultos y modelos de conducta responsables de su educación,debemos intentar (que no es poco) que estos niños sepan valorar un juguete por su uso y no por la decoración de su publicidad ni su envoltorio,procuremos que los juguetes escogidos sean los adecuados a su edad.Esto no significa que el adulto imponga sus gustos a los del niño,es un proceso que debemos cuidar desde bien pequeños,construir un camino de respeto,humildad,coeducación y no en la abundancia material,avaricia.No olvidar que muchos niños de otros países carecen de muchas de las cosas que un niño de la sociedad occidental dispone.Esto se verá reflejado en las decisiones,comportamiento y actos futuros de los niños.
Concluyendo,hagamos que las Navidades no se conviertan en una época de compras compulsivas,una manipulación de las grandes empresas jugueteras ni centros comerciales,hagamos que sean unas fiestas que disfrutar con la familia,amigos,vivir la ilusión de ser niño que no hay que dejar escapar y porqué no,disfrutarlo con algún juguete.
Es verdad que en esta época navideña nos bombardean con los juguetes para los niños. Estos artículos entran por la vista, y está claro que una buena propaganda en televisión y catálogos hace que se produzcan las compras masivas. Además, otro aspecto son las marcas(diset,famosa, playmobil) o los productos que llevan aparejado a un personaje famoso, ya sea real o fantastico(patito feo, harry potter, etc) lo que hace que el precio de éstos aumente considerablemente. ¿dónde quedaron los balones de futbol,los patines o los peluches? Está claro que la sociedad en la que vivimos ha evolucionado, y con ella los gustos infantiles. Ahora se presta más atención a los aparatos electrónicos como los moviles, la PSP, el portatil... Pero,no creo que los niños ni los padres tengan culpa de este cambio tan abismal, sino que se ha producido una adaptación a las nuevas circunstancias.
ResponderEliminarNo creo que sea culpa de nadie,si que es verdad que nos vamos adaptando a las nuevas tecnologías,y no es malo, pero siempre hay que saber hasta qué punto.Por tanto,los adultos,padres,hermanos,cuidadores,... responsables al fín y al cabo de la educación de los niños,tenemos una gran responsabilidad a la hora de inculcar,de buena forma,los valores y creencias que no tienen que dejarse a un lado por mucho que la sociedad evolucione y nos adaptemos a ella.Saber valorar el trabajo,el esfuerzo de crear algo,y no fijarnos solo en el resultado,ver mas allá, el proceso.Creo que hace apreciar las cosas de otra forma,y es lo que tenemos que transmitir.
ResponderEliminarGracias Ángela por tu comentario,me ha gustado.